Resumen de Querida Alejandría

Saturday, August 08, 2009


Querida Alejandría

Resumen

Cleopatra Selene es la joven hija de la reina de Egipto, Cleopatra VII y el general romano Marco Antonio. Vive en Roma como rehén del emperador Octavio y ha sido educada por la hermana de éste, la noble Octavia, quien recibiera en su casa a ella y a sus hermanos al morir sus padres de manera trágica.

A los 14 años le anuncian que va a casarse con el príncipe y es cuando decide escribir su vida en la forma de una serie de cartas dirigidas a su ciudad, Alejandría, la capital del reino egipcio-macedónico fundada por Alejandro Magno. Al comenzar a escribir se va al pasado, tratando de recordar lo más posible de su infancia en el palacio de Alejandría, junto a su hermano gemelo Alejandro Helios, su pequeño hermano Tolomeo Filadelfo y su medio hermano Cesarión, hijo de Cleopatra y de Julio César.

Gracias a sus memorias, Cleopatra Selene comprende que su historia personal está profundamente relacionada con la historia de su país, Egipto y con la historia de Roma. Recuerda cómo a muy corta edad su padre Marco Antonio nombró reyes a ella y a sus hermanos de varios países del norte de África y de Asia, cómo se enemistaron sus padres con Octavio y cómo llegó el rey Herodes de Judea hasta Alejandría para convencer a Marco Antonio que demostrara su fidelidad a Roma asesinando a su amada Cleopatra.

En los recuerdos de Cleopatra Selene, la Historia sigue su curso. Ella cuenta la batalla de Actium, que marcó el triunfo definitivo de Octavio sobre Marco Antonio y Cleopatra y cómo a partir de esa derrota sus padres tomaron la decisión de suicidarse y Cleopatra se dedicó a probar venenos en sus esclavos, lo que descubre Cleopatra Selene al lado de Antilo, hijo de Marco Antonio, quien sería asesinado en la toma de Alejandría por los romanos.

Alejandría cae, Marco Antonio y la reina se suicidan y Cleopatra Selene y sus hermanos pasan al poder de Roma. Su querido hermano mayor Cesarión es asesinado por órdenes de Octavio. Su hermanito Tolomeo Filadelfo muere al término de la ceremonia de triunfo con que se celebra la victoria de Octavio sobre Egipto. Octavia trata de que su vida sea lo más suave posible, pero es muy duro para los gemelos convivir con los hijos de los triunfadores y soportar los insultos que los romanos dirigen a su madre. Toman clases con Deífobo, el maestro griego, y en una visita al altar de la Victoria, Cleopatra Selene conoce al joven príncipe Juba, hijo de un rey africano que fue vencido por Julio César y a quien el noble romano adoptó. Juba también tuvo que desfilar en una ceremonia de triunfo cuando era un niño, al igual que Cleopatra Selene.

Aunque es muy joven, Cleopatra Selene se enamora de Juba, quien es enviado a la guerra en España y combate valientemente a pesar de que sus intereses se inclinan hacia el conocimiento y la filosofía. Octavio ha decidido que Juba y Cleopatra Selene se casen y gobiernen como vasallos de Roma el reino de Mauritania. Esto a la joven le llena de alegría, pero tiene también el dolor de que su hermano gemelo, Alejandro Helios, le manifieste que detesta a los romanos y que considera a Juba un perro cobarde.

Una noche, Alejandro Helios despierta a Cleopatra Selene y le avisa que su fuga de Roma está preparada y ha sido planeada por una sociedad secreta. El autor es un esclavo de la casa de Octavia, llamado Farses, quien en realidad es un noble persa y ha jurado defender la sangre real de Alejandría.

Con todo el dolor de su corazón, Cleopatra Selene decide quedarse en Roma al lado de Juba y pide a su hermano que realice su propio destino. Al día siguiente, le informan a ella y a Octavia que Alejandro Helios fue encontrado muerto en el Tíber. Un presentimiento le dice a Cleopatra Selene que se trata de un engaño y que su hermano no ha muerto.

Juba en una conversación posterior le revela que él estaba al tanto de todo, y que también prometió proteger a los hijos de Cleopatra y Marco Antonio, porque aunque ella no lo sabía, él había estado en Alejandría en los días de la derrota y había conocido a Farses. Fingir la muerte de Alejandro Helios había sido necesario, pues los romanos no hubieran vacilado en matarlo por considerar que podría encabezar la sublevación de Egipto. Un joven macedonio, llamado Alejandro también, se había sacrificado, muriendo en lugar de Alejandro Helios.

Con la descripción de la boda de Juba y Cleopatra Selene, hecha a la manera romana y llena de simbolismo y esperanza llegan a su fin las cartas que Cleopatra Selene le escribe a su ciudad, Alejandría.

El Disco de Nebra


Una región en el corazón de Alemania: Sajonia Anhalt.
Un pequeño pueblo: Nebra, en las cercanías del Harz.
Un monte de tamaño regular, el Mittelberg.
En él, buscadores sin escrúpulos encontraron un artefacto portentoso:
un disco de bronce con incrustaciones de oro que fue... ¿depositado? ¿oculto? ¿enterrado?
por ¿sacerdotes? ¿nobles? ¿guerreros? ¿comerciantes de metales?
en ese lugar a mediados del siglo XVII A.C.

Un disco de aproximadamente 30 cm de diámetro (el doble del disco de Festos)
cubierto en su superficie por lo que se ha descrito como un creciente, el Sol o la luna oscurecida
en un eclipse lunar, la barca de la noche, movida por remos diminutos que pueden apreciarse en
las fotografías magnificadas, una banda curva en una de las orillas
y pequeños puntos de oro (tal vez 30) que hacen pensar en estrellas.
Un grupo llama la atención por parecerse a uno de los signos del disco de Festos:
las 7 estrellas que han sido identificadas como las Pléyades.


El disco fue hallado por contrabandistas de piezas antiguas en 1999, para ser rescatado
en 2002 por el arqueólogo alemán Harald Meller en una maniobra digna de
Indiana Jones: se hizo pasar por un coleccionista de arte y citó a los ladrones
en un café en Suiza, desde donde envió una señal mediante su teléfono
móvil a la policía internacional, que prevenida, irrumpió en el lugar
y arrestó a todos.
El disco se encuentra actualmente en el Museo Arqueológico de Sajonia Anhalt
y ha generado una auténtica nebramanía.

El disco de Festos


El arqueólogo italiano Luigi Pernier encontró en 1908, en el transcurso de unas excavaciones llevadas a cabo en el palacio de Festos, un disco de arcilla de unos 15 cm de diámetro, impreso en sus dos caras por una serie de signos que parecen componer un mensaje jeroglífico.

Ese mensaje no ha dejado de inquietar a los estudiosos.
El Disco de Festos ha sido visto como un calendario, un juego de la oca, una oración a la Gran Diosa, un inventario de bienes...

El enigma persiste, pues los más rigurosos investigadores señalan con propiedad que no podrá descifrarse mientras no aparezcan artefactos o inscripciones parecidas.

En tanto, el Disco de Festos, el unicum, arde en su misterio en el museo de Herakleion, capital de Creta, en espera del nuevo Champollion que, contra todo pronóstico, lo descifre.

El Disco de Troya


Con el número 2426 estaba inventariado este inquietante artefacto en el Museo de Historia Antigua de Berlín,
por lo menos hasta 1960.
Fue hallado por Wilhelm Dörpfeld, el arqueólogo que acudió a las excavaciones de Troya
como ayudante de Schliemann.
El llamado "Cuadrante de Dardania" fue uno más de los objetos encontrados
por él -se le dio una antigüedad de 5 mil años- y fue a parar al Museo de Historia Antigua de Berlín.
El humilde disco de arcilla permanecióen el museo después de la Segunda Guerra Mundial,
cuando los vencedores rusos se llevaron a su tierra el oro de Schliemann.
Desde 1960, la colección fue reunida en el Palacio de Charlottenburg, donde puede visitarse en la actualidad.
Desconozco las dimensiones del disco, cuya reproducción encontré en el libro Le Berceau des Cathédrales
de Maurice Guinguand y Béatrice Lanne en el curso de mi investigación para las novelas
El Disco del Tiempo y El Disco del Cielo.
El Cuadrante de Dardania se me convirtió inmediatamente en El Disco de Troya.
El análisis de su iconografía, en una obsesión.
Le di una orientación astronómica influida por la investigación y los personajes de El Disco del Cielo.
Un punto central que podría interpretarse como la Estrella Polar, llamada por los antiguos "el agujero en el cielo"
alrededor del cual parecían moverse los cuerpos luminosos de la bóveda celeste.
A ambos lados del punto central hay dos figuras esquemáticas que podrían ser constelaciones
y representar el otoño y la primavera.
En la sección inferior se aprecia una grieta y una pequeña línea que acusa la huella
de otra figura, que podría ser la constelación correspondiente al invierno.
Por supuesto, el símbolo más elocuente es el que se distingue en la parte superior del disco.
El Sol, representado con aspas orientadas hacia la izquierda.
La luna en cuarto creciente.
Un ciervo.
Un punto entre las patas del ciervo. Quizá otra estrella.
Esta constelación correspondería al verano, representado en otras culturas por el león.
Pero es el Gran Ciervo de los cultos neolíticos, el espíritu del año sacrificado y renacido,
la Deidad con Cuernos -Minotauro, Apis, Zeus Ammón- que cruza luminiscente la larga noche de los mitos
para ser finalmente derrotada por el Cristianismo, que la asimila a la maldad y la convierte en el diablo
obsceno y velludo, adorado por las brujas en los ritos satánicos.