Evohé!

Monday, May 24, 2010


Del delirio poseído, lanza al aire sus clamores
porque quiere que quiere delirar
para encontrar la lucidez.
Todo es consunción  
y llamarada lúcida
y una 
todavía
más
lúcida
embriaguez.

Los ojos claros

Sunday, May 23, 2010


Vivíamos en Atenas
y ese solo hecho nos hacía felices.
(Rex Warner, Pericles el ateniense)

Y cuando el que está impregnado de belleza 
encuentra el manantial de lo bello, 
oh Sócrates,
y lo hace visible porque tiene
 los ojos claros para eso
y lo sabe único en lo múltiple, 
a él se une y engendra
virtudes de escala y de vuelo
y por todo esto es feliz 
y su felicidad invisible.

Permanece todavía un momento; eres tan bella

Thursday, May 13, 2010


Permanece todavía un momento;
eres tan bella.

Canción y utopía para Goethe

de Aurelio González Ovies

Olvidarte es decir que no
a la vida,

porque estás en los árboles
si los miro despacio,

y en la hierba que piso
rozo tu superficie

y te siento en la lluvia
cuando cae de pronto

y te oigo en la tierra
al girarse callada

y te abrazo en el aire
de cada movimiento

y te veo en la noche
aunque vengas oscura

y te pronuncio en todos
los objetos que nombro

y me mojas los labios
al contacto del agua.

Olvidarte es negarme
a seguir adelante,

porque con tu pasado
ando yo mi futuro

y de tu lejanía
resulta mi distancia
y a menudo te toco
cuando muevo las manos

y cada día me llegas primero
tú que el alba

y contigo respiro
mejor que con un soplo

y tú eres mi víspera
de cualquier día, a diario

y si no espero en ti...
Y es que tú estás en todo.

(C) Aurelio González Ovies
Nadie responde (1994)
Esta luz tan breve
Saltadera, Oviedo, 2008

Voz: María García Esperón
Música: Primavera. Ludovico Einaudi
MMX

Preludio de Primavera, de Aurelio González Ovies

Saturday, May 01, 2010


Aurelio González Ovies

Ojalá nunca aturdan la agilidad de tus alas y llegues siempre puntual a los terrenos de la Tierra. Y te sigas posando sobre la superficie de las flores, con la sonoridad de tus tonos silvestres, en el ramaje de los árboles, en las orillas de los ríos, en el plumaje de los pájaros más nuevos, en los comienzos de los frutos, en la blandura de los brotes, en la simplicidad del césped.Nunca se le dé al hombre por encerrarte en sus vidrios caprichosos, en sus viciosas urnas, y desglosar tu luminiscencia ni averiguar tus fértiles partículas ni analizar el polen de los repartidores dadivosos de tus trenes. No te conmuevan sus promesas, no te persuadan sus ofrendas. No quiera tutelarte para destruirte, preservarte para romperte, resguardarte para extinguirte. No envidie tu libertad y tus cíclicos aconteceres. No pretenda aniquilarte con la excusa pacífica de protegerte.Sea mayo el preludio de tu lento desenlace, abril el andén de tu simiente. Marzo, por los años de los años, el espacio de tus detonaciones en la rubia presencia de las mimosas, en la brisa que sueltas, fresca y limpia, con sabor como a sed y adolescente. Sean tuyas, tuyas sólo, las tardes más hermosas, la claridad del cielo y el canto conyugal de los jilgueros. Tuyos los repechos de prímulas y musgos en las proximidades de las límpidas fuentes. Para ti la espesura de los helechos tiernos y el silbido del mirlo en la concavidad de los amaneceres.Vengan contigo el ensueño de la rosa, tan dócilmente fugitivo; la timidez brillante de los lagartos, el «dulcemargor» del pomelo y del arándano, del níspero y de las cerezas. Seas eternamente quien fuiste y, de momento, eres: la esparcidora de orígenes y de esplendor, la iniciadora de la naturaleza. Sigas con tu empeño en las crisálidas, en las vísperas de los escarabajos y las luciérnagas. Prohíbe que te amputen, no los dejes.Ojalá no posesionen tus milagros, ojalá no estanquen tus desbordamientos, ojalá no se apropien de tus iniciaciones ni de tu voluntad ni de tu verde. Ni de tus bayas carnosísimas ni de tu maternal benevolencia ni de los cereales que disperses. No permitas jamás que los humanos manejemos tus épocas ni decidamos tus turnos ni soltemos tus reinas, tus avispas ni fabriquemos panales ni nos entrometamos en la íntima razón de tus esquejes. No lo vean ni tu independencia ni nuestras presunciones insolentes (La Nueva España, 24-03-10).

(C) Aurelio González Ovies
Tardes de cal viva
Voz:
María García Esperón
Música: Jordi Savall
Le disque du temps et de l'instant
MMX